Al borde del mar, entre escarpadas rocas negras se localiza El Faro del Tostón, que desde finales del siglo XIX guiaba a los barcos que surcaban el estrecho de Bocaina, que separa Fuerteventura de Lanzarote.
Su construcción data del año 1897, alberga en la actualidad el Museo de la Pesca Tradicional, y se ha convertido en un imprescindible que visitar en Fuerteventura por la extraordinaria belleza natural que lo rodea.
La cueva del Bailadero de las Brujas.
La Cueva del Bailadero de las Brujas, conocida también como Cueva de las Brujas, o Cueva de la Señora, que arranca desde la Montaña de Tindaya y sale al Sur de la desembocadura del Barranco de Esquinzo, es una cavidad natural que forma parte de un tubo volcánico de grandes dimensiones, y se cree que fue utilizada por los antiguos pobladores de la Isla durante siglos, como demuestra la gran cantidad de restos cerámicos, óseos y malacológicos que se han encontrado en su interior y alrededores.
En esta cueva se practicaba la brujería y rituales de iniciación, sobre todo por San Juan en cuya fecha los vecinos de la localidad se reunían para realizar distintos rituales esotéricos. Fue un lugar mágico para los mahos y los habitantes después de la conquista, repleto de leyendas.